Acaba 2012. Y quizá esa sea la noticia bomba del año: que
acabe con nosotros todavía aquí. Empezando por los mayas y acabando por la
nefasta (indi)gestión de nuestra
clase política, no han sido pocos los que afirmaban que no veríamos la extraña
pareja que forman una de 20 con otro de 13: algunos lo llaman asalta cunas.
Acaba, como decimos, y es hora de repasar lo que ha dado
de sí nuestra actividad iletrada. Si os paráis a leer este post veréis que, a
pesar de la ausencia de ayudas públicas, hemos conseguido mover un pedacito
importante de la actividad cultural de Murcia, especialmente aquella que tiene
que ver con las letras. Seguimos autogestionando, por ejemplo, nuestra gran
cita con la poesía que es Mursiya
poética, donde este año volvimos a escuchar a otros cuatro escritores
acompañados de sus cuatro músicos. También nuestro querido fanzine. Manifiesto
Azul es nuestra seña de identidad, y en 2012, como no podía ser de otro
modo, editamos el número 12.
No queremos olvidarnos tampoco de aquellos que nos han
invitado a recitar para darle difusión a lo que escriben esta pandilla de
iletrados. Este año, entre otros, hemos estado unas horas en el café Ficciones
de Cartagena, divagando un rato gracias a los amigos de el Diván.
También en Zalacaín, intentando desgranar en versos las razones por las que al
poeta le duele el hombre. O en El Duende del Parque, leyendo microrrelatos.
Por cierto, también desde septiembre de este año hemos
sumado una presencia más en esta enorme red: si ya teníamos este blog y el
perfil en Facebook, desde hace cuatro meses también estamos en Twitter,
donde ya sumamos 196 amigos iletrados. Y nuestra telaraña mediática tejida a
conciencia no acaba ahí. Por si fuera poco, hemos conseguido que Radio
Online de Murcia brinde un espacio a nuestro poeta despeinado, que cada semana
nos acerca a través de su espacio, Verso
Libre, a escritores
de Murcia o de fuera
de ella. Y todo para conseguir un objetivo perverso, anti sistémico y
oscuro: disfrutar y aprender con la literatura.
De 2013 mejor ni hablamos, más que nada porque es posible
que tengamos que aprender alemán (o chino, vete tú a saber) y a partir de ahora
tengáis que leer estos posts con el traductor de google abierto en otra
pestaña. Al paso que vamos, este país se va a tener que ir al extranjero para
sobrevivir. Pero tranquilos, seguiremos intentando llenar un espacio, el de las
letras, que a veces creemos ver desolado. Tal y como dice nuestro perfil de
twitter, seguiremos aquí: leyendo y escribiendo.
ÁLVARO PINTADO GONZÁLEZ