sábado, 15 de enero de 2011

Reseña de "200 gramos de Literatura"

Hace unas semanas os anunciábamos la publicación de 200 gramos de Literatura, libro de relatos autoeditado por Pedro García Martínez y Antonio Pérez Abril, autores del blog Culturajos.

El
hecho de que los cuentos pertenezcan a dos autores diferentes y que se mezclen sin darse a conocer al lector la pluma tras la que se esconde cada uno, hace un gran favor al libro al dotarlo de una variedad de estilo mayor que la que poseen obras de un único autor. A pesar de ello, Pedro y Antonio comparten referentes literarios y su manera de escribir es similar, por lo que resulta difícil discernir el escritor que pergeña cada relato.

Este estilo común de la mayoría de los textos lo podríamos llamar realismo rural, sin que ello suponga que los autores hayan tenido que ir muy lejos para buscar historias ubicadas en los pueblos, ya que el origen de ambos se sitúa en Bullas. Entre estos relatos que se alejan del habitual marco urbanita de sus compañeros de generación podemos citar "Gris de Payne", una triste historia sobre un escritor enloquecido, "Lágrimas de barro", el recuerdo de una amistad infantil, o el divertido "Mi hermano Alberto", que remite al microrrelato "El pozo" de Luis Mateo Díez.


Quizás las más logrado de este conjunto de relatos ubicados en pueblos sean "Necesidad de huir de las vidas", amargo retrato de la adolescencia en un pueblo perdido en el campo, y la venganza por el honor ultrajado de "El as de espadas". El ambiente rural de estos textos se complementa con la trascendental llegada a la gran ciudad, Madrid, del protagonista de "Bajando a los infiernos".

Pero no sólo en los pueblos se ubican los relatos de 200 gramos de literatura. En un hospital asistimos a la extraña relación entre paciente y celador de "El extraño caso de la cama quince", un instituto alberga el amor del conserje hacia una profesora de "Costumbre de vivir", o un siniestro colegio la
historia que se acerca más a lo fantástico: "El coleccionista de bolígrafos rojos".

Las relaciones amorosas ocupan una porción importante del libro. Además de de las ya citadas, tenemos el amor en su versión trascendental-adolescente de "Al final de la escapada", título que homenajea a Godard, y en su vertiente más desenfadada y lúdica, en "Día de resaca".

El conjunto lo completan retratos más bien sórdidos, como la de la amistad entre borrachos de "Quince segundos", el secuestro exprés de "Make my day", la triste historia familiar de "Domingo de zapatos tristes", o la protagonizada por un tipo de lo más cruel, "El cuidador de gatos".

Página a página, loncha a loncha estos 200 gramos de Literatura nos van mostrando un detallado catálogo de personajes tan cercanos que muchas veces nos reconocemos en ellos.

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