miércoles, 20 de febrero de 2013

Crítica de "Libertad" de Jonathan Franzen

Walter es un gilipollas. Joey es un gilipollas. Richard es... ¿adivinan? Los protagonistas de la última novela del estadounidense Jonathan Franzen son un grupo de personas con muchas carencias y, sin embargo, logran que el lector se identifique con ellos y con los problemas que arrastran como largas condenas. 

Libertad cuenta en sus casi setecientas páginas, la vida de los Berglund, una familia de clase media de Minnesota, durante varias décadas. Se nos muestran los vaivenes emocionales de Patty, la madre; los ideales incorruptibles de Walter, el padre; la ambición de Joey, el hijo y la frialdad de Jessica, la hija. A estos personajes se les unen Connie, la vecina y novia-dependiente de Joey, y Richard, un músico amigo de Walter desde su época universitaria. 

Pero lo original de la novela no son sus personajes, que se pueden confundir con millones de habitantes de Estados Unidos, sino la manera que tiene Franzen de retratar sus miserias. Lo hace con distintas voces narrativas, que van desde el narrador omnisciente hasta la magnífica autobiografía (en tercera persona) que escribe Patty. 

Capítulo a capítulo asistimos a los problemas familiares y sociales a los que los Berglund y Richard se enfrentan: infidelidades, violaciones, cambios de trabajo, ataques de ira, conflictos con los vecinos... Todos estos episodios giran siempre en torno al concepto que anuncia el título y que vertebra la obra. La libertad del individuo frente a la sociedad; la de los hijos frente a los padres; la libertad en la pareja; la de los animales frente al ser humano. 

En definitiva, se trata de una novela perfectamente construida en la que cada personaje y suceso ocupan su propio lugar en la trama. 

Basilio Pujante Cascales

1 comentario:

Lucy Snowe dijo...

Muy buena crítica, Basilio. De este autor, yo acabo de leer "Más afuera", una recopilación de sus ensayos, artículos y reseñas. A mí me ha encantado, si no lo has leído te lo recomiendo. Un saludo