viernes, 14 de mayo de 2010

Cuaderno de bitácora del taller: 8

El martes pasado le tocó el turno a nuestra presidenta (Marta) de debutar como profesora del taller de escritura creativa, y lo hizo explicando la creación de los personajes en el relato. Marta fue detallando las principales claves que definen a los protagonistas de las narraciones y los distintos tipos de personajes que se pueden encontrar. Lo hizo apoyándose en un fantástico Power Point, medio audiovisual que utilizaba por primera vez en su vida.

Tras la parte teórica y el merecido descanso llegó la hora de los ejercicios prácticos. En el primero los alumnos tenían que escribir el inicio de un relato en el que presentaran, de manera llamativa, a un personaje. Al final del post os dejamos con algunos ejemplos de este ejercicio. La segunda de las actividades fue la creación, entre todos, de dos personajes (uno masculino y otro femenino) caracterizados por rasgos aportados por cada uno de los alumnos. El resultado fue la creación de dos "frankensteins" llamados Nora y Pequeño, que iban a protagonizar los relatos que tenían que escribir para la siguiente sesión.

Textos de los alumnos:

Manuela era lo que podemos llamar una mujer todoterreno. Estaba siempre ahí con la mejor de sus sonrisas dispuesta a cualquier cosa para ayudar a los demás, a los suyos y a los no tan suyos. Buena en su trabajo, la mejor amiga de todos sus amigos. Legal. Pero sobre todo buena madre y esposa. Desde que se casó, hacía ya casi 30 años, dedicó su vida a su extensa familia. Extensa porque no sólo se desvivía por su marido y sus tres hijos, sino por los abuelos, primos, tíos, primas de primos, amigos de sobrinos, vecinas de cuñados... Se sentía responsable del mundo y quería hacer de él un lugar mejor.
Por Mayca


Las luces lo escandilan y la oscuridad le da miedo. Tiembla cuando alguien se le acerca, pero no quiere estar solo. Sus ojos, grandes pero a la vez pequeños, miran a todos lados buscando un sitio acogedor. Todo le parece extraño, incluso él es extraño. Podría decir que cabe en la palma de la mano de un niño. Es dulce, suave, pero no es bonito, que es lo que hace que dé miedo. Todavía no sabe como ha llegado hasta aquí, pero está convencido que este no es su lugar.
Por Ana María.

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