miércoles, 27 de abril de 2011

Semana del libro (4): "El hombre que se enamoró de la luna" y "Las islas invitadas"

Paskual Kantero (Músico, Muerdo): El hombre que se enamoró de la luna de Tom Spanbauer

Lo leí hace un par de años y me marcó muchisimo, por la manera en que está escrito parece que su lenguaje está a veces dirigido más al corazón que a la razón. La trama es compleja y sorprendente, y los personajes son muy entrañables. Cuando acabas de leer el libro parece que hubieras vivido junto a ellos cada una de las aventuras, sus personalidades son atípicas, irreverentes, contestatarias... El libro tiene mucha carga ideológica y cuestiona en todo momento la moralidad predominante, además de tener mucha carga de sensualidad y sexualidad.

Juan Manuel Sánchez Meroño (vocal de Colectivo Iletrados): Las islas invitadas de Manuel Altolaguirre.

VOLVAMOS A INVITAR A LAS ISLAS

Si comenzáramos a pasear por las orillas de una costa cercana y empezásemos a caminar con la soledad radical de nosotros mismos bajo el sol, sobre la arena, frente al agua, aquel paseo ampliaría nuestras percepciones, desarrollaría nuestros sentidos. Ese andante recorrido nos depararía un combate donde tendríamos que habérnoslas con nuestra condición humana.

Un viaje a nuestros temas más transcendentales que muestra a la vez una sencillez verbal que pugna por arraigar las volátiles ideas, las infinitas conjeturas de nuestro destino humano en la tierra, en la carne del hombre. Esta humanización desarrollada en plena deshumanización del arte tuvo un rostro apacible y sincero, además de tan olvidado o relegado a un segundo plano en aquel altar de plata de la generación del 27 como Emilio Prados, en la obra de Manuel Altolaguirre.

En una labor cercana a la de sus compañeros de generación con los que compartió algo más que un periodo temporal en la historia, una poética de hondura filosófica, como Aleixandre o Guillén, escribiría sus “islas invitadas” de breve verso, liviana rima, pero al alcance de grandes certezas. Os recomiendo a que seáis partícipes de ese paseo por una costa que tarde o temprano os llevará invitados al punto de partida, a nuestro origen más arcano y profundo.

Víctima mortal de un accidente automovilístico, poeta exiliado a Cuba tras la Guerra Civil y fundador de una de las publicaciones literarias más importantes de la actividad literaria del siglo XX aún un modelo a seguir, la revista LITORAL, el autor malagueño merece ser recuperado del olvido al que le ha relegado el canon, devolviendo así a esa isla desierta, su calidad de “invitada”, esta vez, a la semana iletrada del libro.

ESE MAR

Ese mar, amarillo, ácido, en donde
un solo barco de bambú ofrece,
al coro de las islas invitadas
mercancías
y en donde son bordados, no con vida,
peces y nadadores,
vio aquel día
al sol astado con doce rayos gruesos,
prohibiendo enérgico a las aves
sus torpes vuelos femeninos.


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