El taller de escritura creativa comienza a enfilar su recta final y ayer tuvimos la última oportunidad de acercarnos a la narrativa antes de las sesiones de poesía de la semana próxima. La secretaria iletrada, Maricruz, impartió anoche una clase en la que dejando atrás las técnicas y las teorías nos acercamos a una de las tendencias más en boga de la narrativa actual: lo fantástico.
Maricruz fue mezclando las explicaciones sobre los rasgos de esta forma en la actualidad con la lectura de fragmentos de relatos fantásticos. Así, mientras escuchaban microrrelatos de José María Merino o trozos de cuentos de Cortázar y Cristina Fernández Cubas, los alumnos fueron descubriendo los tópicos que se asocian a lo fantástico y las técnicas para conseguir el efecto deseado: la inquietud en el lector.
Tras el pertinente descanso llegó el momento del ejercicio práctico. La primera parte del mismo fue colectivo, ya que los alumnos se unieron en dos grupos, cada uno de los cuales tenían que escribir el inicio y el final, respectivamente, de un relato fantástico. Como inspiración para ello estaba la imagen que Maricruz proyectó y que es la que acompaña este texto. Tras leer el comienzo y el final, los alumnos tuvieron que hacer, esta vez de manera individual, la parte central del relato. Os dejamos con el inicio y el cierre colectivos y con algunos de los nudos.
INICIO (Por Tota, Lourdes, Juande y Maria Jesús).
De vuelta a casa, cruzó el mismo parque de siempre, esta vez más teñido de melancolía. Está oscureciendo. El sendero, solitario, invadido por el silencio. Las nubes parecen anunciar el principio de una tormenta. Mienatras camino, no sé por qué, tengo la sesnación de estoy siendo observado. Los árboles sin hojas, típicos del otoño, parecen esconder algún secreto oculto.
FINAL (Por Ana, Manuel, Susana y Maica)
Al fin se enciende la farola. Su luz tenue parpadea. No sé se me quedan cerillas. En el gran silencio del parque resuenan sólo mis pisadas sobre las hojas secas que bordean el camino. No debo caminar por el centro. Alguien respira agitado. No sé si soy yo. Hace ya más de veinte pasos que la farola se apagó y no quiero caminar por el centro. Mi mano temblorosa encuentra la última cerilla. La aprieto fuerte, casi la voy a romper. Ahora ya no sé por donde camino. No hay ruido de hojas secas. Me paro. Para siempre. Lo único que encontrarán será una cerilla encendida.
NUDO (por Maica)
Tanta oscuridad congela mis pensamientos. Sólo una idea recorre mi cabeza. Acabar para siempre con este miedo que me paraliza. Siempre fui un cobarde de ideas suicidas. Tan cobarde que no consigo ni tomar la drástica solución definitiva que acabaría con todo.
NUDO (por Tota)
Siento cómo voy perdiendo fuerza en mis piernas y caigo, sin poder remediarlo, al suelo. Creo que la conciencia me ha abandonado.
1 comentario:
joe chic@s, estáis hechos unos máquinasss!!me ha encantado leeros, echo de menos las clases y las risas...un saludo para todos.mariajo.muaka
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